domingo, 6 de octubre de 2013

ALCANZAR UN DESEO

    Cuales son realmente mis deseos?, que es lo que quiero ser,? adónde quiero ir y que quiero hacer?   no quiero preocuparme como voy a hacer para conseguirlo, de eso se encarga el Universo. Mi misión es disfrutar definiendo cuales son las cosas que quiero alcanzar.!

    Que pasos debo seguir? como comenzar?

   CONSTRUYE LA IMÁGEN DE TU DESEO:

    Voy a comenzar a construir la imagen de mi deseo a partir de las imágenes que logré acumular en mi Mapa de la riqueza, luego debo llenar mi deseo de Sustancia Divina y darle forma en mi mente.

 

    VISUALIZACIÓN DE NUESTROS DESEOS:

      Con esa construcción creada en nuestra mente fijándola sin importar que otras cosas se nos cruce, no debemos darle lugar, ni a los pensamientos negativos, ni a lo que no queremos ni a lo que no nos gustan porque le damos poder, sólo debemos centrarnos en lo que queremos y toda nuestra energía tiene que estar concentrada en eso NUESTRO DESEO.
 



 
    CREAR  CONSTRUIR Y SENTIR LOS SENTIMIENTOS Y EMOCIONES:

Este es el Secreto de la prosperidad, mover las manos de Dios, abrir las puertas a la Riqueza, que el Universo se reorganice para cumplir nuestro sueño.

Cómo: La idea no es solo definir nuestro deseo, construirlo en nuestra mente, construir las afirmaciones con nuestros pensamientos de prosperidad, nuestros pensamientos de prosperidad, visualizar nuestros deseos, el verdadero Secreto está en poder crear los sentimientos y emociones que sentimos cuando visualizamos nuestro deseo de recibirlo ahora.

Mi comunicación con Dios es permanente, mi agradecimiento por los dones, la sabiduría y la creatividad que viene de Él. Puedo experimentar sentimientos y emociones de felicidad y agradecimiento y mis deseos se materializan ahora


      LA FE

Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.

                      

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